Esta mañana caminé al mar para buscar iluminación. Si, había mucho sol y un profundo océano azul. Pero a mis lados unos cuadros casi indescriptibles.
A la derecha, como siempre, parte de la bahía mostraba una arena oscura junto a casas setentosas, flanqueada por la típica vegetación de El Supí. Y a mi izquierda, un cuadro insoportable hería mi moral.
No lo había detallado, pero toda la costa estaba atestada de escombros y desechos de todo tipo. Botellas plásticas, latas de cerveza, tapas, plásticos, palos y papeles diversos. Inmediatamente me entristecí e indigné. Pensé por qué no existían fundaciones, o un gobierno, que acabaran con ese problema de una vez por todas. Falta de voluntad, sin duda.
Mi curiosidad no aguantó. Empecé a preguntarle a los locales el por qué del problema. Culé, hijo de Arandia, me dijo que el camión de basura tenía semanas sin pasar, y que como siempre, al consejo comunal le acababan de aprobar unos recursos y no hacían nada. Par de testimonios más lo confirmaron.
Triste por el municipio Falcón, gobernado por Américo Parra. Más de uno dice lo mismo: «Esa alcaldía no hace un carajo, bajan recursos y seguimos igual o peor que hace 15 años». Claro, la administración pública es del PSUV. No la quiero satanizar, pero que coincidencia que el estado con el mismo nombre está gobernado por la misma gente y la vialidad cobra amortiguadores y vidas a los más «pelabolas».
Entre la basura, la corrupción y la vialidad están destruyendo a un municipio que tiene más de cuatro décadas tratando de surgir. Hay muchos visitantes en temporadas, pero la inseguridad a expensas cobra con hurtos mientras los temporadistas se bañan en la playa.
La responsabilidad no es toda de un gobierno. Los ciudadanos, a pesar de las irresponsabilidades del Estado, tienen el deber de cuidar al país. Ellos botan basura, chapas y botellas a la orilla del mar. Y aunque no exista una brigada para recogerlas, la conciencia mata al Estado. Asi que temporadistas… Ayuden…
Antes que un Tsunami cobre con intereses y el gobierno nos robe el alma.
G.
El Espacio Definitivo 
Eso no es nuevo, ya cuando vivía allá se apreciaba eso…